Sobre conquista y fidelidad: el valor del talento

En el trabajo, como en la vida, a las personas no se les compra, se les conquista. Por eso el talento en una compañía se fideliza, no se retiene. Porque lo que tiene precio se compra, pero lo que tiene valor se conquista.

La atracción siempre ha sido un concepto poderoso. Hoy en día es, sin duda, uno de grandes retos que tiene una compañía; la atracción del talento. Pero mayor reto que la atracción es lograr enamorar, enganchar. Centrarse solo en atraer es un error muy frecuente, y pasa factura más pronto que tarde. Cuando una compañía tiene claro qué significa atraer, sabe que lo que toca después es enamorar. Enamorar va de conectar. Enamorar es no olvidarse tras la atracción. Enamorar a una persona que aporta a la compañía mientras ella misma crece personal y profesionalmente es fidelizar el talento. Enamorar es una responsabilidad a la que se puede contribuir invirtiendo en lo cotidiano, y lo cotidiano no es más que la belleza de los pequeños detalles. Lo cotidiano es la cultura. Y es ahí, en la cultura, donde está la información necesaria para que las personas puedan conectar y compartir. Entender los puntos de conexión nos ayudará a sentirnos identificados, y construir compromiso.

Muchas veces tendemos a pensar que una baja tasa de rotación de personal es sinónimo de que las personas están a gusto y motivadas. Puede que así sea, en algunos casos. Pero también puede que las personas se queden en la compañía porque tienen, por ejemplo, un buen salario que hace las carencias más llevaderas; quedan entonces retenidos en una jaula de oro. Debemos entrenarnos en el arte de la conquista si queremos fidelidad; que sea el talento quien decida apostar por nosotros y por nuestro proyecto, sin retenciones.

Accesibilidad, cercanía, y empatía están presentes cuando hablamos de invertir en lo cotidiano. Un buen ambiente laboral es sinónimo de un entorno abierto a la comunicación. Si nos hemos fijado bien en quién atraemos, nos será más fácil comunicarnos, dialogar, tomar decisiones, crear espacios de encuentro. Entender el contexto, la incertidumbre, el cambio, es importante para que las personas conecten de forma estable. Accesibilidad, cercanía, y empatía. Comunicación.

Y es que, en toda relación, el objetivo de ambos debe ser aportar valor, no quedando fuera de la ecuación una relación profesional. Y para ello hay que sentirse identificado, conectar, crear momentos de encuentro, construir compromiso. Satisfacción y bienestar debe ser el punto de partida, no el objetivo.

¿Qué mejor que disfrutar de lo que haces, y de con quién lo haces? Lo que en último término nos hace disfrutar del trabajo, o detestarlo, son las personas. Conquistar el valor de las persona es el verdadero reto.

Fdo: Carmela Jiménez ,

Responsable de RRHH en Exitalia International Consulting.